miércoles, 20 de agosto de 2014

Camino I

Hemos regresados de una pieza del Camino de Santiago, con paisajes de cuento en la retina, alegres y cansados. Las cosas no son nunca como uno las imagina y esta Pequeña aventura no podía ser de otra forma.

Llegamos a Ocebreiro en coche casi al anochecer, y ya nos pareció una tierra mágica la niebla la vegetación y las casitas de piedra y pizarra.

Al día siguiente comenzamos prontito y de buen humor la caminata, hasta llegar a Triacastela, en el Camino la gente se para y habla contigo con mucha naturalidad, te piden que les hagas fotos, te cuente desde donde han salido, a que se dedican, entablar relaciones con otros peregrinos es fácil.
En esa primera etapa conocimos a Jorge, empresario mejicano que es su país elabora comida típica al estilo tradicional y que se nos a parecencia como por arte de magia en algunas etapas con su camisa planchada y su paraguas, siempre bien vestido, planchado y sin sudar.



El segundo de Camino llegamos a Sarria cansados sacamos fuerza para ver la iglesia de los mercedarios, porque estaba al lado del albergue. Esta etapa es un poco mentirosa porque desde que ves el cartel de Sarria hasta que llegas al pueblo queda mucho camino. Nuestro albergue era literalmente el ultimo edificio del camino, nos llegamos a plantear no bajar a comer por no bajar la cuesta que llevaba a la zona comercial. Después de duchados la cosa cambio mucho ya notábamos el hambre y nos comimos tan ricamente un menú del peregrino, que nos supo a gloria

La etapa de Sarria Porto Marin amaneció lloviendo el tiempo justo para comprarnos una capa azul impermeable que nos cubría a nosotros y a nuestras mochilas. En esa etapa coincidimos con algunos grupos de peregrinos que rezaban el rosario y andaban a toda velocidad por lo que solo coincidimos el instante justo de cederles el paso.
En esa etapa nos paso una de las anécdotas más bonitas de todo el viaje, cuando quedaban dos o tres kilómetros para llegar al pueblo, nos encontramos un poco esaustos la falta de costumbre de andar y unas mochilas demasiado cargadas, nos sentamos en el banco de una casa sin fuerzas apenas de quitarnos las mochilas, al poco de sentarnos salio el dueño de la casa, lo primero que pensamos es que si el hombre nos iba a tirar, ya que estamos en su propiedad, lejos de eso el hombre nos dio a comer peras e insistió para que rellenáramos nuestra botella de su agua con su agua fresca, nos contó que estaba solo que su mujer estaba en el hospital y que esperaba noticias de ella. Cuando recuperamos las fuerzas con el estomago lleno, nos dijo que nos quedaban tres kilometros y medio y nos deseo buen viaje. Creo que le estaré siempre agradecida por que en lugar de echarnos nos dio asiento, de comer y de beber, cuando lo necesitábamos.

La entrada a Porto Marin es una escalinata enorme, que la tienes que hacer cuando ya estas cansado y te viene mal. Aunque reconozco que es espectacular ver la entrada a los pies del rió lleno de agua. Nosotros somos de Valencia y el agua y la vegetación son las cosas que mas nos llaman la atención.

Nosotros teníamos reservada la estancia en el albergue, uno de los más acogedores de los que estuvimos, pero nos dijeron en la casa del peregrino que no habían más plazas de albergue en el pueblo, ademas nada más registrarnos se puso a llover. Nos sentimos agradecidos y aliviados por tener una cama y poder descansar.

2 comentarios:

  1. Hola Mori!! Soy tan despistada que acabo de ver que tengo un correo tuyo. Corro a contestarlo. Este mensaje es sólo para que me confirmes que Mª Ángeles eres tu. Ya sabes que en internet todas las precauciones son pocas.

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  2. Hola Mori; Por favor no publiques este comentario. Es simplemente para pedirte que me envíes un comentario para confirmarme que el correo que he recibido es efectivamente tuyo. Un abrazo y hasta pronto!

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